El incendio que se declaró el 8 de agosto en la Mezquita-Catedral de Córdoba apenas afectó a apenas 25 metros cuadrados de los 23.000 que abarca el monumento Patrimonio de la Humanidad.
En cuestión de horas, las llamas materiales fueron sustituidas por un incendio simbólico: mensajes islamófobos, intoxicaciones y manipulaciones interesadas que utilizaron el suceso como excusa para atacar a comunidades enteras y reescribir el significado cultural del monumento.
Intoxicación y odio desde EDAtv
Uno de los episodios más graves vino de la mano del pseudomedio EDAtv, que publicó en su cuenta de Twitter: “Arde la mezquita de Córdoba. Punto de reunión de inmigrantes musulmanes. La población local no mostró tristeza”.
El mensaje, de un tono abiertamente islamófobo, fue eliminado pocos minutos después, pero no antes de que decenas de usuarios realizaran capturas de pantalla. Tras borrarlo, EDAtv se dedicó a ocultar respuestas críticas e incluso bloqueó a usuarios como @byR4uuL para impedir que siguieran difundiendo la prueba de su publicación.
Este no es un caso aislado, tal y como venimos denunciado y documentando en Pandemia Digital desde hace años. Y no es sólo que no se trate de un caso aislado, sino que EDAtv recibe ingentes cantidades de dinero público procedentes de gobiernos del PP y de Vox —o del PP en solitario— a través de campañas de publicidad institucional. Así, el discurso del odio no solo se difunde con total impunidad, sino que se financia indirectamente con fondos de todos los ciudadanos.
La celebración del odio en redes
El incendio también fue utilizado por cargos políticos para lanzar mensajes cargados de islamofobia y racismo. Jordi Guirado, concejal de Vox en Sant Cugat del Vallès, escribió: “Los que llaman mezquita a la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Córdoba son los mismos que llaman menores a los gorilas que nos invaden”.
Un usuario, indignado por estas palabras, le respondió: “Eres un miserable”. Guirado replicó con un insulto homófobo: “Pepe, ¿desde cuándo sabes que eres gay?”.
Este intercambio no es un episodio anecdótico, sino parte de una estrategia política que utiliza incluso el nombre del monumento como arma ideológica. Según datos analizados por Pandemia Digital, en las 24 horas posteriores al incendio 78.000 publicaciones en redes sociales lo llamaron “Mezquita de Córdoba”, frente a solo 12.000 que emplearon “Catedral”.
El uso popular de “Mezquita” no es casual: forma parte de la memoria colectiva y de la tradición cultural. Incluso voces poco sospechosas de pertenecer a lo que denominan «dictadura woke», como el escritor Arturo Pérez-Reverte, han defendido su uso frente al de «Catedral» o «Mezquita Catedral»
Pues me van ustedes a disculpar (o no). Pero a la mezquita-catedral de Córdoba la he llamado toda mi vida, desde que la pisé por primera vez hace sesenta años, mezquita de Córdoba. Creo que es perfectamente compatible (y de justicia). Y pienso seguir haciéndolo. pic.twitter.com/JvHxMMRwTh
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) August 9, 2025
Que haya cretinos que, en las redes sociales, se alegren del incendio de la mezquita de Córdoba, demuestra hasta qué punto nos han envenenado de estupidez y mala sangre en este país cada vez más analfabeto. pic.twitter.com/mxmIa6HFJ7
— Arturo Pérez-Reverte (@perezreverte) August 9, 2025
Y tras los pseudomedios y cargos públicos que legitiman los discursos de odio, estos se multiplican de forma orgánica en redes sociales. En una recopilación emitida por ‘La Sexta Xplica’, azuzados por la impunidad, cientos de mensajes celebraban abiertamente el incendio: “Viva el fuego”, “Córdoba cristiana y no musulmana”, “Fuera musulmanes”, “Les dejas tener una mezquita en pleno centro de Córdoba y provocan un incendio. Hay que echarlos” o “ Que pena por el fuego, debe ser un asco tocar esa basura de edificio”.
Este tipo de publicaciones, lejos de ser marginales, muestran hasta qué punto se ha normalizado un clima de hostilidad hacia la comunidad musulmana y, en general, contra cualquier forma de diversidad cultural.
Cuando se junta el odio y la ignorancia. Simpatizantes de VOX alegrándose del incendio en la Mezquita de Córdoba. pic.twitter.com/YuqQ3Ybb6N
— Julián Macías Tovar (@JulianMaciasT) August 9, 2025
El fuego que dañó la Mezquita de Córdoba se apagó en minutos. El incendio social que le siguió continúa propagándose en forma de intoxicaciones, bulos y discursos de odio. Pseudomedios financiados con dinero público, representantes públicos y usuarios anónimos han usado un suceso fortuito para dividir, criminalizar y polarizar.
Proteger el patrimonio no es solo cuestión de mantener sus muros en pie. También implica defender el significado cultural que encarna, preservando la convivencia y la memoria común frente a quienes intentan reducirla a una trinchera ideológica. El incendio real se apagó. El simbólico sigue ardiendo.
Redacción: Carlos Benéitez
Apoya a Pandemia Digital, Hazte Mecenas
A diferencia de los medios de desinformación de los que hablamos habitualmente en Pandemia Digital, nosotros no recibimos subvenciones por publicidad institucional ni ningún tipo de ingreso de dinero público. Tampoco contamos con el respaldo económico de ninguna empresa o Think Tank.
Nuestra supervivencia como medio depende de las suscripciones y aportaciones de las personas que consumís nuestro contenido. Si te gusta el contenido que hacemos y crees que merece la pena apoyarlo puedes hacerte mecenas en Patreon. De esta manera nos darás alas para que sigamos creciendo.