Vox se envalentona en las instituciones con total impunidad

En las últimas semanas la formación ultraderechista no ha dejado de protagonizar episodios esperpénticos con los que una y otra vez se falta el respeto a las instituciones de las que forman parte. Lejos queda ya cuando Santiago Abascal calificaba al Gobierno de Pedro Sánchez como “el peor en los últimos 80 años”, haciendo así una apología velada de la dictadura –una expresión que repitió a principios de año durante un mitin en Ourense–. 

Hace apenas dos semanas el diputado Manuel Mariscal subía la apuesta y ensalzaba la dictadura sin sin subterfugios ni ‘medias tintas’ al afirmar en el hemiciclo que “Cada vez más jóvenes están descubriendo que la etapa posterior a la Guerra Civil no fue una etapa oscura, sino una etapa de reconstrucción, de progreso y reconciliación para lograr la unidad nacional”. Lo hizo en el mismo pleno en el que su compañero de bancada Pedro Fernández hacía gala de su misoginia al espetarle a la diputada Martina Velarde –Podemos– “Tómate la pastilla”. 

Una semana después el exvicepresidente de las cortes de Castilla y León hacía lo propio al alabar la dictadura porque evitó que pudiera gobernar el Partido Socialista. Menos viral ha sido la intervención de esta semana del diputado Jorge Campos en la Comisión de Política Territorial que, tras ironizar en varias ocasiones sobre la etiqueta ‘franquista’ con la que se les asocia habitualmente, terminó por alabar a la dictadura porque la democracia “ha terminado por convertir una administración que era eficaz y económica hasta 1978 en este actual mastodonte que enreda la vida a los ciudadanos”. Queda también en la memoria la imagen del presidente del Parlament Balear rompiendo la fotografía de Aurora Picornell, fusilada por el gobierno golpista.